CIRCULO DE AFECTOS
CÍRCULO DE AFECTOS
Hace
unos días estuve en una reunión, en donde conversábamos sobre la vulnerabilidad
y la necesidad de pedir ayuda cuando hace falta o es requerido. Lo distinto de esa reunión, es que éramos
puros hombres quienes estábamos allí. Por
las mismas características de la sociedad y de nuestra cultura, los hombres
tienen que desarrollar ciertas habilidades, entre ellas la de ser proveedores,
ser fuertes, no quejarse nunca, ser competitivos, no rendirse, etc. Por supuesto,
todo eso ha sido generado con la intención de estimular el carácter y la
responsabilidad del hombre en la sociedad, olvidándonos de que el hombre como
ser humano también es un Ser Integral.
Recordemos que el Ser Integral es aquel que maneja en equilibrio sus
dominios corporal, energético, emocional, mental y espiritual.
Sin embargo,
los hombres van envejeciendo, y por esas cosas que tiene la edad, se ven enfrentados
a la vulnerabilidad. Ciertamente, los jóvenes se consideran invencibles y
todopoderosos, pero conforme vas cumpliendo años, cada vez más te das cuenta de
la fragilidad de la vida. Puedes haber trabajado mucho, y haber tomado las
medidas necesarias para lo que pudiese pasar en un futuro. Pero, la
incertidumbre de la vida te enfrenta a situaciones que muchas veces no te
esperas. De la misma forma, cuando empiezas a ver que tus amores van envejeciendo,
y muriendo, comienza una transformación en ti, que es darte cuenta de que tu
tiempo en este espacio es finito. Normalmente son tus padres los que se van
primero, pero luego comienzan a irse los amigos, o los amigos de los
amigos. Y cada vez más, te encuentras
solo ante una prueba y una situación inevitable, en algún momento vas a morir.
Le
hemos dado a la muerte un carácter definitivo. Vives, pero cuando mueres
desapareces. Lo único que desaparece es tu Historia Personal, o como le hemos
dado en llamar, tu EGO. Tu energía se
dispersa en el Universo, y definitivamente tu espíritu pasa a formar parte de
una realidad que en este momento está oculta para nosotros. Y está oculta, no porque no exista, sino
porque nuestra percepción no nos permite verla.
Sin embargo está allí. Nada que viva puede desaparecer. Muy probablemente
se transforma, pero no desaparece. De hecho si lo hiciera, el Universo no sería
igual.
Por supuesto
que en este espacio no nos queda más que especular, nadie ha regresado de la
muerte para decir lo que hay o no en ese estado del Ser. Pero así como no
podemos pensar que estamos solos en el Universo, parafraseando a Carl Sagan, “porque
eso sería una enorme pérdida de espacio”, tampoco podemos pensar que ese espíritu
desaparece.
Y cuando
esa idea de la muerte, de nuestra finitud, comienza a rondar nuestra mente, por
primera vez, entendemos que somos vulnerables y que vamos a desaparecer en algún
momento. Y no solo eso, sino que también
nos vamos dando cuenta de que no somos los mismos que antes, que cada vez nos
cuesta más hacer las cosas, y que necesitamos del otro para poder vivir.
Como bien
dice Humberto Maturana, el hombre es un ser social, y necesita del apoyo de la
sociedad para vivir. Y es allí cuando
aparece esta idea del “Círculo de Afectos”. Y es un círculo formado por los
afectos más cercanos, la familia, los consanguíneos, los amigos, etc., que
puedan ayudarse y apoyarse cuando sea necesario. Hay momentos en los que necesitamos contención,
compañía, fuerza, solidaridad, amor, etc., y es allí cuando nos damos cuenta de
que no podemos vivir o estar solos, y que necesitamos del otro para seguir
adelante.
Otro
tema importante es la cooperación. Nos encontramos que hemos pasado nuestra
vida compitiendo con el otro. Al final nos damos cuenta de que para sobrevivir
es necesario cooperar para poder permanecer sanos y vitales el mayor tiempo
posible. Ya no se trata de quien puede ganar, ahora se trata de quien puede
ayudar de la mejor manera. Esto también me recuerda un poco el IKIGAI, pero
esto será motivo de otro comentario.
He hablado
hasta aquí desde el punto de vista del hombre. No significa que a la mujer no
le suceda. Por supuesto que sí. Pero por su propia naturaleza protectora,
sensible, colaboradora, receptiva, etc., ella ha ido creando desde antes, esos vínculos que
le permiten conectarse con el otro. Ella
tiene conciencia de la muerte, porque tiene conciencia de la vida, de hecho ella
es quien recibe y da vida, genera descendencia.
Siento que la mujer, por su propia naturaleza, está mejor preparada que
el hombre para estas situaciones, de hecho, ella comienza a entenderlo mucho
antes que nosotros. Queridas compañeras de vida, a veces nos cuesta pedir
ayuda. Por favor entiendan que así fuimos educados. No significa que no necesitamos
ayuda, significa muchas veces que no sabemos cómo pedirla, y que tenemos miedo
de fallar. Entiendan lo que nos cuesta
ser vulnerables.
Amigo,
crea tu Círculo de Afectos. Comienza de una vez. Llama a aquellos que tienes
tiempo sin llamar. Acércate a tu compañera, a tus viejos amigos; invítalos a un
café, a conversar, pregúntales por su salud, por su familia. Te lo agradecerán.
Cuida a tus amores cercanos, y no descuides a tus amigos de toda la vida. Ellos
están allí para ti, y tú estás allí para ellos.
Dejemos que el Universo nos sorprenda con sus maravillosos dones.
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