LA CAJA DE PANDORA

 




¿QUE PASA CUANDO ABRIMOS LA CAJA DE PANDORA EN EL COACHING?

 

Muchas veces cuando estamos en sesiones de Coaching en el proceso de articular quiebres, vemos apenas el quiebre superficial que trae el asistido. Sin embargo, si atinamos a articular el quiebre correctamente y vamos indagando de forma vertical, nos damos cuenta de que pueden aparecer otras inquietudes más profundas e importantes que la que se está trabajando. A esto le llamo abrir la Caja de Pandora. Se presentan ante nosotros varias posibilidades, que nos ofrecen distintas alternativas.  Una de ellas es re-articular el quiebre, otra podría ser guardarlo para una próxima sesión. Como Coaches tenemos que ver que es lo que sucede, y cual de esos quiebres que ahora aparecen puede ser el responsable del quiebre inicial, o seguir profundizando con el que comenzamos y dejar los otros para sesiones posteriores.

Lo importante de ver estas inquietudes y entender que son juicios más emociones presentes en el asistido, es que los mismos son generadores de quiebres quizás más sutiles, pero cuando tratamos de entenderlos nos falta alguna pieza, o alguna declaración que no hemos encontrado aún.

El quiebre maestro, o quiebre profundo está claramente relacionado con una emoción. Y como digo, siempre puede ser declarado como un titular de prensa, por ejemplo, miedo a la incertidumbre, miedo a perder el control, miedo a ser traicionado, tristeza por la perdida, me siento culpable por los resultados, estoy avergonzado por lo que hice, etc. De alguna forma, si indagamos lo suficiente podemos descubrir la raíz del quiebre que muchas veces tiene que ver con algún miedo. Y ese miedo, normalmente es aprendido, como resultado de alguna interpretación equivocada a un evento que sucedió en la infancia. De allí nace la historia.

¿Qué tanto tienes que profundizar para llegar a ese quiebre maestro? Pues, lo que te permita el asistido. El asistido es el dueño de la sesión de Coaching y tú como coach eres tan solo un canal a través del cual él va a aclarar una situación o realizar un aprendizaje transformacional. Él es el que decide cuándo es suficiente. Y hay que entender que esto funciona de esta forma.

Idealmente,  a través de una breve indagación en la articulación, podemos tratar de determinar ese quiebre profundo. Y de allí avanzar con cautela en las preguntas. Pero si eso no sucede, la indagación posterior va a ayudar a conseguir eso que está inquietando al asistido, y es donde podemos seguir profundizando en la indagación.

Finalmente, determinar la incompetencia en la interpretación es resultado de cómo desde mi mirada yo veo la situación del asistido. ¿Qué es lo que yo siento que le hace falta aprender? Y cuando interpreto, con el mayor de los respetos le entrego mi mirada para ver si eso le hace sentido.

Podemos tratar varios quiebres en una sesión de Coaching. Pero no es recomendable. A veces cuesta el “darse cuenta” de una sola incompetencia. Poco haríamos trabajando dos o más. Por respeto al asistido y a su proceso, y esta es mi opinión, es preferible dejarlo para otra sesión, aun cuando se lo puedo hacer ver al final de la sesión de Coaching, que está haciendo en este momento.

En resumen, la caja de Pandora o la caja de sorpresas es algo que vemos comúnmente en sesiones de Coaching. Y es algo con lo que nos vamos a encontrar muchas veces.




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